Somos conscientes que en el mundo existen calles y
avenidas imponentes, sin embargo, no tenemos ninguna duda de que la nuestra ¡Es
una de las calles más bonitas del mundo!
La Puerta de Amayuelas, actúa como un embudo de
piedra que con la estrechez de un reloj de arena, separa dos tiempos y épocas
dispares. Y nuestra calle, la Cardenal Pacheco, es el cordón umbilical que une
la ciudad nueva con la vieja. Pasear por su suelo empedrado, te hace sentir como si de repente te hubieses colado sin permiso en
las páginas de un libro de historia. Desde ella se puede contemplar la bellísima
catedral de Santa María, sin duda el edificio más emblemático de Ciudad
Rodrigo.

Unos pasos más adelante, se encuentra la plaza del
Buen Alcalde, coqueta y encalada plazuela de corte andaluz, algo poco habitual
en una ciudad castellana. La calle desemboca en la bonita plaza Mayor, donde
descubriremos que las historias protagonizadas por Pascual Duarte escritas por
Camilo José Cela, quizás no fuesen solo una fábula...
¡Pocas calles existen en el mundo con una
escenografía tan redonda! Si además paseas por ella cuando el sol se proyecta
sobre las fachadas de piedra de sus edificios, el color dorado que proyecta la
piedra de Ciudad Rodrigo, hace aún más hechizante el paseo, teniendo la certeza
de que estás paseando por la calle más bonita del mundo.