El llamado Vítor o Víctor, que
significa vencedor, es equivalente a
un “¡Viva!”. Es un símbolo heredado del crismón del Bajo Imperio Romano que fue
adoptado por algunas universidades españolas, especialmente la de Salamanca y
también muy utilizado en Ciudad Rodrigo, desde el siglo XIV para rendir homenaje
a los recién doctorados (máximo nivel de estudios).
Vítores en la fachada de la Catedral de "Santa María" en Ciudad Rodrigo |
EL ORIGEN ROMANO DEL VÍTOR
Crismón Romano |
En el año 313 d. de C. y a partir
del Edicto de Milán, el crismón romano aparecía en las monedas, estandartes y
en los escudos de los legionarios romanos.
Cuenta la Leyenda, que la noche
anterior a la batalla del Puente Milvio,
al emperador Constantino se le apareció en sueños la cruz, junto a las palabras
de “In hoc signo vinces”, que
significan “Con este signo vencerás” y
al día siguiente, el emperador sustituyó el águila imperial por el crismón y
ganó la batalla, a pesar de tener un ejército muy inferior en número.
Poco a poco el signo se fue modificando,
hasta adoptar otra forma, y terminar transformándose en el Vítor, también llamado
el Escudo de la Victoria o Victorioso.
EL VÍTOR EN CIUDAD RODRIGO
Es un símbolo característico y
tradicional que se ponía en los edificios importantes desde el siglo XIV y que
aún en la actualidad se puede ver gran cantidad de ellos, que se conservan en
las fachadas de los palacios y casas señoriales del Centro Histórico de Ciudad
Rodrigo.
Vítor al Dr. Barrientos (Palacio de Montarco) en Ciudad Rodrigo |
La cultura llegó a Miróbriga
(nombre vetón de Ciudad Rodrigo “Miróbriga Wettonum”) ya en la época romana,
con la construcción de la “Vía Colimbriana”, que la unía en Salamanca a la conocida “Calzada de la Plata”. Estas importantes rutas que pasaban por la ciudad,
fueron decisivas para la llegada de un inmenso valor cultural y vincularla con
una de las universidades más antiguas de Europa. La primera vinculación entre
la Universidad de Salamanca y Ciudad Rodrigo, se remonta a finales del siglo XV
y se centra en la figura del gran Fernando Gallego, reconocidísimo pintor que
estuvo empadronado en Ciudad Rodrigo y en esa época pintó el conocido como
“cielo de Salamanca” (emblema de salamanca durante su capitalidad cultural),
así como otra obra extraordinaria, el retablo del Altar Mayor de la Catedral de
Ciudad Rodrigo, que en palabras del gran historiador y crítico de arte Gaya
Nuño, es el “más extenso y notable
retablo español del siglo XV”. Lamentablemente, en la actualidad se
encuentra en el Museo de Arte de la Universidad de Tucson (Arizona – Estados
Unidos), como una de sus obras estrella.
Durante el siglo XVI, en el
periodo de mayor esplendor de la Universidad de Salamanca y el siglo de oro de
Ciudad Rodrigo, durante el cual hubo en la ciudad un gran auge económico y
artístico como consecuencia del retorno de muchos mirobrigenses que
participaron en el descubrimiento y conquista de América. Ello supuso que un gran número de
mirobrigenses fuese a la Universidad de Salamanca para doctorarse en Filosofía,
Teología, Derecho y otras ciencias, dejando huella de ello en los “vítores” que
aún se conservan en sus palacios o en la Catedral. Estos vítores se pintaban con
sangre de toro y pigmentos vegetales, con la palabra Vítor acompañada del
nombre del reciente doctor.
Desde este Blog, aconsejamos que
cuando paseen por las calles de Ciudad Rodrigo, además de admirar sus numerosos
monumentos y palacios, también se fijen y busquen los vítores que aún perduran
en ellos. Los hay dedicados a personas que fueron importantes, como profesores
universitarios o altos cargos eclesiásticos. Destacamos los vítores del Dr.
Barrientos (canónigo doctoral de la Catedral) sobre la portada del Palacio de
Montarco, el del Dr. Juan Gutiérrez (s. XVI), hombre de
prestigio internacional en cuestiones civiles y canónigas, los de los Drs.
Félix y Alonso de Manzanedo, el del Dr. Miguel Palacios, etc… ¿Se animan a buscarlos?
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