Como suele ocurrir con el origen
de cualquier civilización, siempre se envuelve un halo de misterio que con el
transcurso de los siglos, se va acrecentando. Si a éste se le une el hallazgo
de un tesoro, el ser humano, tratando de ofrecer una coherente explicación a
cada uno de los sucesos que interfieren en este planeta y no siempre pudiendo
encontrar un motivo racional, le añade la connotación legendaria, transmitida
de generación en generación, oscilando entre la realidad y los sueños.
Parte de la Muralla y contrafoso de Ciudad Rodrigo |
Aunque según la historia, las
murallas de Ciudad Rodrigo fueron reedificadas en el siglo XII sobre otras
anteriores, por el rey Fernando II de León, quien según las crónicas, tras la
expulsión de los moros, después de una heroica batalla, reconstruyó la ciudad y
la rodeó de una poderosa muralla allá por el año 1.160… Pero a parte de estas
referencias históricas, existe una teoría más legendaria y que vincula esta
muralla, con lo mítico y lo misterioso. Cuenta la leyenda, que el motivo de la
construcción de esta muralla, fue debido al hallazgo por un pastor de un enigmático
tesoro en la zona de Sexmiro…
Fue “Gil González Dávila”
(Cronista de su Majestad, el rey Felipe III), en su libro, quien deja una
escueta noticia sobre la leyenda que hoy hemos traído al Blog. Este hecho, hace
deducir, que el legendario relato, ya estaba vivo en la tradición oral de
principios del siglo XVII y posiblemente en un tiempo anterior, siendo creado posiblemente
en la Baja Edad Media.
Esta es la nota sobre la leyenda
que aparece en el libro de González Dávila: “Es Ciudad Rodrigo, ciudad bien cerrada de muros y fortaleza. Dicen sus
moradores, que la mayor parte de sus muros se edificaron con el valor de un
tesoro que se halló en Sexmiro. Confirman esta verdad, con mostrar en la
parroquia de San Juan un lucillo donde está enterrado el que halló este tesoro,
que le ofreció en servicio a la patria, dándolo como defensa a su gente”.
De estas breves palabras, se
puede deducir sobre la leyenda, que un hombre encontró un tesoro en Sexmiro
(localidad de las tierras de Ciudad Rodrigo) y con dicho tesoro, se financió la
edificación de la mayor parte de la muralla de la ciudad y que en la iglesia mirobrigense de San Juan,
se encuentra una urna de piedra que sirve como sepultura a quien halló el
tesoro. (Se refiere a la hoy desaparecida
iglesia de San Juan Bautista, que se encontraba donde en 1.904 se levantó la
parte lateral de la Casa Consistorial).
Casi de la misma época, en el
libro “La Historia Civitatense”, escrita por el historiador “Antonio Sánchez
Cabañas” (1570 – 1627) se indica lo siguiente: “Después de que el rey don Fernando de León hubo alcanzado aquella
milagrosa batalla contra los moros que asediaban Ciudad Rodrigo y considerando
el gran peligro en que estaba la ciudad por no tener muralla, decidió
fortalecerla. Ordenó juntar materiales, no fue necesario abrir zanjas debido a que la ciudad está
fundada sobre una peña. La obra, la quieren atribuir los ignorantes a Juan de
Cabrera por decir que la levantó con los cuernos de oro de la cabeza que dicen
halló con un cabrito de oro en Sexmiro, lo cual es patraña de viejos”.
En este texto, Sánchez Cabañas da
datos históricos sobre la construcción de la muralla, añadiendo después la referencia legendaria,
viva entre las gentes de la ciudad en esa época, pero en la que él no
participa, considerándola “patraña de viejos” y facilitando incluso el nombre del
constructor, que identifica con quien descubrió el tesoro en Sexmiro e
indicando en qué consistió tal tesoro: los cuernos de oro de la cabeza de un
cabrito de oro.
Una vez más, son misteriosas leyendas
las que pueblan esta ciudad tan llena de historia. Y es que cada calle, cada rincón, cada casa palaciega guarda un secreto o sus piedras esconden alguna leyenda.
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