Situado en el recinto amurallado
de Ciudad Rodrigo, junto al Palacio Episcopal y a pocos metros de la Catedral.
El
Palacio perteneció a Doña María de la Concepción Narváez y del Águila, I
Marquesa de Cartago, fue ella quien a finales del Siglo XIX, ordenó la
construcción de este palacio (arquitecto desconocido, aunque la decoración fue
obra del escultor italiano “Tarabella”).
Palacio de estilo neogótico,
construido con piedra de “Villamayor”, sobre la puerta hay colocados dos
blasones ligeramente montados uno sobre el otro, uno de ellos con las 5 flores
de Lis, en relación a la familia “Nárvaez” y el otro con el Águila y el León,
perteneciente a “Los Águila” de Ciudad Rodrigo. Destacan en su fachada un gran
balcón en esquina, y la cuidada decoración de sus ventanas con elementos de los
dos linajes. En su interior destaca una
impresionante escalera doble de mármol blanco y negro.
La Marquesa no llegó a ver
terminadas las obras, ya que cuenta la leyenda, que una vidente le auguró que algo
malo le ocurriría una vez terminadas las obras del palacio, y la marquesa temerosa, lo dejó siempre sin terminar. Quedando así hasta que tras la muerte de la marquesa, y hasta que sus siguientes propietarios “Agustín Íñigo” y su esposa “Marcelina Rodríguez”, en el año 1.954 dieron por finalizadas las obras del palacio, llevando a cabo algunas modificaciones sobre todo en la segunda planta.
Actualmente, es propiedad del obispado de
Ciudad Rodrigo.
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